Tommy Wende: “Cerrar un negocio es el fin de un ciclo y no un fracaso”
El emprendedor del sector gastronómico cuenta su experiencia, tras cerrar uno de sus emprendimientos más reconocidos: La Chapu.
En un contexto económico desafiante, marcado por el alza de precios, el sector gastronómico es uno de los más golpeados. Tommy Wende, emprendedor con 18 años de experiencia y parte de la Cámara Gastronómica de Santa Cruz, compartió su experiencia, tras cerrar uno de sus emprendimientos más reconocidos: La Chapu.
¿Cómo describiría el momento actual para el sector gastronómico?
Estamos atravesando una situación muy compleja. El sector gastronómico es sensible a cualquier incremento de precios. Hoy en día, el arroz, la carne, los insumos básicos han subido exageradamente. Lo más duro es que no podemos trasladar fácilmente esos costos al cliente. Vos subís el precio de una milanesa picada y la gente te deja de comprar. Nos dicen “¡cómo se aprovechan estos cambas!”. En el sector gastronómico no hay margen para errores ni abusos. Hoy ya no trabajamos para crecer, trabajamos para sobrevivir.
¿Qué pasó con La Chapu? Era una marca conocida
La Chapu fue un proyecto muy disruptivo. Vasos de etiqueta negra, camarones a 15 pesos... era una locura en su momento. Pero como todo, lo nuevo deja de ser novedad. A eso se sumó el repliegue de la franquicia a nivel internacional —ellos decidieron cerrar operaciones fuera de México— y, por si fuera poco, se me venía una subida fuerte en el alquiler del local. No daba la ecuación. Decidimos cerrar y aprovechar para traer una nueva marca que ya estamos trabajando desde hace un año y medio en México: Happy Hour.
¿Cuesta tomar la decisión de cerrar un negocio?
Al principio cuesta mucho. La primera vez duele. Pero este es el sexto negocio que cierro. Esta vez me fui a cenar y a brindar. Mis amigos me daban el pésame, pero cerrar también es parte del oficio. Así como un futbolista pierde un partido, nosotros a veces tenemos que cerrar locales. No quiere decir que no sepamos emprender, simplemente se acaba el ciclo de un negocio.
¿Cómo se adapta un emprendedor a tantos cambios en el sector gastronómico?
Revisamos precios cada semana. Antes era cada seis meses. El problema es mayor para el pequeño emprendedor que no sabe sacar bien sus costos. Pierde tiempo rearmando números cuando debería estar haciendo publicidad, mejorando su propuesta, innovando. Todo eso frena su crecimiento. Y eso no lo ve el Gobierno. Creen que sus medidas golpean a los grandes, pero están destruyendo a los pequeños.
¿Qué tan difícil es importar insumos hoy en día?
Complicado. Acá no producimos ni un clavo, literalmente. La bolsa plástica necesita polipropileno, que es importado. La papa frita buena viene de Brasil. Los empaques de Argentina. Y aun así escuchamos frases como “¿cómo va a subir la carne si el pasto es gratis?”. Es desconocimiento puro. Las semillas, los fertilizantes, el transporte... todo cuesta. Y los emprendedores tenemos que lidiar con eso mientras intentamos sostener empleos.
¿Cómo te definís como emprendedor?
Soy terco. Perseverante y resiliente. Me he caído muchas veces, pero siempre me levanto. Llevo 18 años emprendiendo. Vendí chicitos, tuve taxi, restaurante, pizzería. Ya he identificado al menos 100 de los 300 factores que pueden hacer fracasar un negocio. No tengo la fórmula del éxito, pero al menos sé qué evitar.
¿Qué lugar ocupan los fracasos en su camino?
Yo no hablo de fracasos. Hablo de aprendizajes. Cada cierre me ha enseñado algo. La clave es entender que emprender es un oficio. No todo va a salir bien siempre, pero uno sigue. Muchos empresarios están migrando sus operaciones a Paraguay. No porque quieren, sino porque ven lo que se viene. Y eso también abre puertas para crecer desde otro lugar.
¿Qué consejo le darías a alguien que acaba de perder su empleo y quiere emprender?
Que no espere el momento perfecto, porque no existe. Que investigue, que aprenda. Que sepa que va a doler, que va a ser difícil, pero que, si es persistente, va a encontrar el camino. Y que no tema cerrar si algo no funciona. Porque ahí también hay valor: en saber cuándo terminar algo para comenzar de nuevo.
Perfil
Tommy Wende es CEO del Grupo Wende, que comprende franquicias internacionales como Santo Domingo Café Bistró y la Happy Hour de México, Chelato de Uruguay y Gattopardo de Tarija. Es socio de Vanpro SRL, empresa dedicada al rubro de la automatización de edificios inteligentes, y de Vanpro Energía, dedicada a la automatización de subestaciones eléctricas. Formó parte del directorio de la Cámara Gastronómica de Santa Cruz. Wende tiene formación en sistemas, pero su ADN emprendedor lo llevó a realizar diferentes emprendimientos que, según él, le permiten tener una mejor calidad de vida y “no estar encerrado en una oficina”.
