Emprendedores transforman sus hogares en centros de negocio
Emprender desde casa se ha convertido en una opción viable para quienes buscan generar ingresos mientras estudian, trabajan o enfrentan limitaciones de tiempo y recursos.
Con ingenio y aprovechando los recursos disponibles, cada vez más personas en Bolivia apuestan por emprender desde casa. Logran equilibrar sus estudios, trabajos y vida personal mientras gestionan sus propios negocios. Aunque el camino está lleno de desafíos, recurren a las redes sociales y a la creatividad como aliados clave para generar ingresos y abrirse paso en el mundo del emprendimiento.
EL DEBER se ó con algunos emprendedores que, desde de sus hogares, aprovechan sacar adelante sus negocios:
Mafer: Moda infantil en TikTok
María Fernanda Apodaca (27), conocida como ‘Mafer’, encontró en TikTok una herramienta clave para su emprendimiento. Comenzó vendiendo maquillaje, pero con el tiempo identificó una oportunidad en el mercado de ropa infantil para niños de 0 a 14 años. “El 90% de mi audiencia son mamás”, comentó, señalando que ese perfil definió su nicho de mercado.
Actualmente, realiza transmisiones en vivo tres veces por semana. “Me gustaría hacerlo con más frecuencia, pero tengo otros dos trabajos y debo equilibrar el emprendimiento, mi vida profesional y la maternidad”, explicó. Como madre, notó que muchas mujeres están más disponibles después de las 20:00, por lo que inicia sus ‘lives’ en ese horario, con una duración de entre hora y media y tres horas.
El negocio nació en septiembre de 2024, impulsado por la sugerencia de una amiga. “TikTok ofrece la facilidad de vender desde casa, sin pagar alquiler ni atender diariamente, evitando las exigencias de un negocio en un centro comercial”, afirmó.
‘Mafer’ destaca la flexibilidad horaria de su negocio, que le permite organizar sus tiempos de acuerdo con sus responsabilidades. No obstante, el camino no ha sido fácil: el algoritmo cambiante de la plataforma la obliga a mantenerse actualizada constantemente, y la inestabilidad del dólar encarece los productos. Sin embargo, se mantiene constante con el emprendimiento, con clientas fieles que, incluso, forman parte de un grupo de WhatsApp, pendiente de las nuevas actualizaciones de la emprendedora.
Odisea: ropa, rios y productos en tendencia
A los 19 años, Fabiana Chávez emprendía con el objetivo de generar ingresos extra. Así nació Odisea, una tienda virtual de ropa y rios que gestiona desde su hogar y a través de redes sociales. Actualmente, la joven de 23 años, combina su rol de estudiante y trabajadora con la istración de su emprendimiento. Ella istra el negocio, coordina envíos, lleva las finanzas, negocia con proveedores y crea contenido digital.
Desde el colegio, Fabiana ya mostraba su espíritu emprendedor: vendía sándwiches y, durante la pandemia, comercializaba brownies y galletas elaboradas en casa. Con Odisea, trabaja desde su hogar e impulsa el negocio con redes sociales. Sin embargo, la crisis económica ha frenado su objetivo de abrir una tienda física. “La crisis actual no permite que pueda ser rentable en el futuro”, lamentó.
Su público está compuesto principalmente por mujeres jóvenes, de entre 17 y 25 años, muchas de ellas universitarias interesadas en las tendencias. En sus ratos libres, realiza transmisiones en vivo por TikTok, una plataforma clave para su crecimiento. “Ahora, con el boom TikTok, he crecido aún más. Siento que la tecnología nos ayuda mucho a los emprendedores jóvenes, nos está dando esa facilidad de poder crecer”, expresó Chávez.
Qué Buena Galleta, por Franchesca y Fabiana
Lo que comenzó como un modesto emprendimiento universitario, hoy se posiciona como una marca de repostería en crecimiento. Franchesca Medinaceli empezó vendiendo galletas artesanales en su universidad, con una producción de 15 unidades diarias y un capital inicial de solo Bs 100 para insumos básicos.
Al compartir la idea con su mejor amiga Fabiana Ayala, ambas decidieron apostar más alto y crear Qué Buena Galleta, una marca de galletas frescas y artesanales elaboradas desde casa.
Actualmente, preparan los pedidos en el hogar de Franchesca, desde donde también gestionan los repartos diarios a casi 20 puntos de venta físicos en Santa Cruz de la Sierra. La profesionalización del negocio se refleja en cada paso. “Pasar de comprar ingredientes por kilo a que los proveedores empezaran a venir a la casa trayendo todos los ingredientes por quintales”, compartió Franchesca, destacando el progreso del emprendimiento.
Entre sus mayores logros está la adquisición de su primer horno industrial y un freezer, que les ha permitido aumentar su capacidad de producción y responder a la creciente demanda.
