Paraguay avanza como alternativa para llevar gas argentino a Brasil

El Gobierno de Santiago Peña impulsa el plan que prevé la construcción de un gasoducto de más de 1.000 kilómetros a través del Chaco paraguayo. En Argentina aún existen muchos escollos por superar
El Gobierno paraguayo no descansa en su afán de ser parte del negocio energético entre los dos gigantes sudamericanos -Argentina y Brasil- y pretende ser una alternativa para el transporte de al menos 30 millones de metros cúbicos diarios (MMm3d) de gas natural desde los ricos yacimientos de Vaca Muerta hasta el voraz mercado del centro y sur de Brasil.
La semana pasada, delegados de Paraguay y Argentina se reunieron en Buenos Aires, para avanzar en las conversaciones sobre el ambicioso proyecto para la construcción de un gasoducto de 1.050 kilómetros, de los cuales 530 recorrerán el Chaco paraguayo y que se calcula que para los ‘guaraníes’ tendrá un costo aproximado a los $us 2.000 millones.
El viceministro de Minas y Energía de Paraguay, Mauricio Bejarano y la secretaria de Energía de Argentina, María Tettamanti, avanzaron en el diseño de un memorándum de entendimiento que considera a la inversión privada como “clave” para la construcción de la infraestructura necesaria que bordeará la Ruta Bioceánica que unirá Brasil, Paraguay, Argentina y Chile.
En noviembre de 2024 Argentina y Brasil firmaron un amplio memorándum que proyecta el envío ‘en firme’ de 30 MMm3d de gas desde Neuquén hasta San Pablo. Los primeros pasos ya se dieron a través de los gasoductos bolivianos Gasyrg y Gasbol.
¿Cómo afectará a Bolivia?
El 1 de abril, la sa Total Energies, la boliviana YPFB y la brasileña Grupo Matrix Energía iniciaron las operaciones de transporte de gas argentino hacia Brasil, utilizando los ductos bolivianos.
El contrato interrumpible, denominado “prueba piloto” contempla el envío de 4,5 MMm3d, según YPFB. Hasta abril ya eran tres las empresas brasileñas que compraban gas argentino y seis las empresas argentinas autorizadas para exportar gas de Vaca Muerta. Según la estatal boliviana, el servicio como “agregador de gas en tránsito” reportará al país al menos unos $us 200 millones de ganancias al año.
Raúl Velásquez, analista energético de la Fundación Jubileo, aseguró que en el caso que Paraguay logre -en los próximos años- construir su gasoducto, no significará una amenaza inmediata al negocio de YPFB como transportador, ya que al menos en los primeros años, las tarifas por usar sus ductos no serán tan competitivas como las bolivianas.
“En el caso boliviano, la ventaja es que tenemos ductos que ya están depreciados, es decir, son inversiones que ya se han pagado. Sin embargo, en el caso de Paraguay, tienen este ducto que todavía es un proyecto que se quiere, que se quiere ejecutar. Hay que considerar que la tarifa, en un principio, va a tener que considerar esos costos de amortización de la inversión”, señaló.
De hecho, Velásquez consideró que si Bolivia logra reactivar su potencial gasífero con una nueva Ley de Hidrocarburos, sería Argentina la que vea a Bolivia como un riesgo, porque podría incrementar sus envíos a Brasil.
“Brasil sigue siendo un importante mercado para el gas natural en la región, ya sea el gas natural de Vaca Muerta o, eventualmente, el gas natural que se puede encontrar en Bolivia a futuro. Brasil es un país con una economía en constante crecimiento y demanda mucho gas natural todavía”, sostuvo el analista de Jubileo.
De acuerdo con Velásquez, con datos a abril, YPFB estaba enviando un volumen promedio de 12,3 MMm3d y cuando se iniciaron las negociaciones de transporte para el gas argentino, se habló de 8 MMm3d.
Obras en Argentina
El experto y consultor argentino en energía, Juan José Carbajales, destacó que existen muchas alternativas para lograr el objetivo de llevar el gas de Neuquén, una de ellas es como gas natural comprimido (GNL) y otra es a través de gasoductos. En esta última, las opciones son por Bolivia, la segunda por Paraguay y la tercera directo a Brasil y una remota posibilidad por Uruguay.
Sin embargo, incluso con la opción que ya es un hecho, a través de Bolivia, Argentina no está en condiciones de llevar 10 MMm3d hasta la frontera con Yacuiba. “Eso requiere hacer un nuevo gasoducto entre Neuquén y Córdoba; primero terminar la reversión (del gasoducto), que faltan ahí unas plantas compresoras, y después un nuevo gasoducto de unos 300 kilómetros, que tiene la complejidad en Argentina, que va a un gasoducto troncal que también abastece el mercado interno”, explicó.
Para Carbajales, están todas las variantes sobre la mesa y no hay ninguna que se destaque por sobre las demás. Incluso existen temas políticos que deben resolverse en territorio argentino, dado que es un país federal y el tránsito de un gasoducto por cada provincia, es un tema complejo. “No es simple, sobre todo porque el Gobierno argentino está queriendo que esto lo hagan los privados, y hay que alinear intereses con el sector público”, agregó.


