“Todo por sus hijos”: Historias de amor, inspiración y lucha en el Día de las Madres

El Día de la Madre en Bolivia tiene un trasfondo profundamente patriótico. Fue instaurado en 1927 en honor a las heroínas de la Coronilla, un grupo de mujeres que, armadas con palos y piedras, enfrentaron a las tropas españolas en la colina de San Sebastián. Este hecho marcó un antes y un después en la historia del país, al reconocer el papel activo de las mujeres en la lucha por la independencia.
Cada madre tiene una historia, una batalla y una razón para seguir adelante. En este Día de las Madres, conocemos a cinco mujeres bolivianas que, desde distintas realidades, muestran que la maternidad es sinónimo de coraje, resiliencia y esperanza.
Yelipsa Justiniano: “Sigan luchando por sus hijos, siempre vale la pena”

Decoradora de eventos y madre de tres hijos, Yelipsa enfrenta una dura realidad desde que su hija menor naciera con sindactilia, una malformación congénita que requiere atención médica especializada. A pesar de los obstáculos burocráticos y las largas esperas en el sistema de salud, no pierde la esperanza de ver a su hija atendida.
“El camino no ha sido fácil. Hemos estado buscando fichas médicas, esperando respuestas… pero aquí estamos, firmes”, cuenta.
Yelipsa se mantiene activa y positiva, y anima a otras madres a no rendirse: “Hay que tratar de salir adelante y sobrellevar las cosas. Sigan luchando por sus hijos, porque ellos merecen lo mejor”.
Sabina Nicol: “Nuestros niños hacen más bonito nuestro día”
Originaria de Alemania, Sabina y su esposo decidieron radicar en Santa Cruz, buscando estabilidad económica. Hoy, como madre de seis hijos, vive intensamente cada jornada familiar.
“Estamos juntos todo el tiempo. Mis hijos me llenan de alegría, hacen más bonito cada día”, dice con una sonrisa amplia.
Sabina encontró en la unidad familiar su mayor refugio. A pesar de la distancia de su país natal, ha construido en Santa Cruz un hogar lleno de amor, valores y pequeños momentos que valen oro.
Andrea Balderas: “Mi hijo es mi motor, entrenamos juntos”
Andrea fue madre primeriza a los 27 años, en un momento clave de su formación universitaria. Por su salud y la de su bebé, decidió detener sus estudios temporalmente. Hoy ha retomado con fuerza su carrera en Actividad Física en la UAGRM, mientras lidera un club de running como entrenadora y compite como atleta de élite.
“Mi hijo es mi motivación. Muchas veces entrenamos juntos. Uno siempre quiere dejar lo mejor para su hijo”, manifiesta.
Para ella, la maternidad no es un freno, sino un impulso. A las madres jóvenes les deja un mensaje claro: “Sean fuertes y cuídense mucho, porque ustedes tienen que estar bien para sus hijos. La clave es la organización”.
Susy Dorado: “Demostrar que se puede es el mejor legado”
Con una carrera consolidada como abogada y gerente general de Asosur, Susy ha criado a dos hijas que hoy ya son profesionales. Para ella, la maternidad ha sido siempre un motor de inspiración.
“El mejor motivo para seguir son los hijos”, afirma. “El demostrar que uno puede es el mejor ejemplo que se les puede dejar”.
Susy representa a esas madres que no solo cuidan y enseñan, sino que también lideran, abren caminos y dejan huellas en el mundo laboral y familiar.
Jenny Johannessen: “Las madres también emprenden, estudian y lideran”
Desde la Cámara de Mujeres Empresarias de Bolivia (Camebol), Jenny Johannessen impulsa programas de apoyo para madres que desean emprender.
“Conozco muchas mujeres que, siendo madres, siguen estudiando, trabajan y aún así sacan adelante sus ideas”, comenta orgullosa.
Su mensaje es directo y poderoso: “A todas las madres jóvenes y señoritas que tienen hijos, les digo que terminen sus estudios, que no se detengan. Ustedes son el ejemplo vivo para sus hijos”.
Celebrarlas es poco
Estas historias reflejan una realidad común: la maternidad está llena de sacrificios, pero también de recompensas que no se pueden medir. Aunque es un día de celebración, muchas voces aprovechan la fecha para recordar que aún hay retos pendientes: a salud, violencia de género, precariedad laboral, entre otros. La figura de la madre también impulsa debates sobre el rol de la mujer en la sociedad.
El Día de la Madre en Bolivia no es solo un homenaje sentimental, sino un acto de memoria y reivindicación. En cada flor entregada y cada abrazo dado, también se recuerda el coraje de aquellas mujeres que lucharon por el país y de las que siguen luchando cada día desde sus hogares, trabajos y comunidades. Porque detrás de cada madre, hay una heroína anónima que nunca se rinde.


