Reino Unido: nuevo aplazamiento de la entrada en vigor de los controles sanitarios post-Brexit

El aplazamiento se produce dos meses antes de la entrada en vigor de los controles, para no aumentar el precio de los productos importados de la Unión Europea.
En octubre de 2023, el Reino Unido debía introducir controles sanitarios sobre los productos procedentes de la Unión Europea y sobre determinados productos denominados "de riesgo", como los de origen animal, como consecuencia del Brexit. Pero el martes 29 de agosto, el Gobierno anunció el aplazamiento de estos controles.
Por Emeline Vin, corresponsal de RFI en Londres
Oficialmente, el aplazamiento se produce dos meses antes de la entrada en vigor de los controles, para no aumentar el precio de los productos importados de la Unión Europea. Los controles implican viajes más largos, más burocracia y, por tanto, importaciones más caras. El Reino Unido está inmerso en una grave crisis económica, con una inflación que alcanzará el 10% este año.
Esa es la razón oficial, pero los importadores tampoco están preparados: aún no se conocen los procedimientos exactos de los controles, los tipos de derechos de aduana ni el papeleo necesario. Por ello, el Gobierno da a las empresas -y a sí mismo- tres meses más para organizarlo todo. Además, el martes 29 de agosto presentó un nuevo sistema informatizado de control fronterizo de mercancías.
La última razón es el calendario, ya que el año que viene se celebrarán elecciones -aún no se sabe exactamente cuándo- y se espera que pierda el Gobierno conservador. Así que, si la introducción de controles provocara un aumento de los precios o problemas de suministro, sería otro argumento electoral para la oposición laborista.
Los productores británicos se sienten en desventaja
A primera vista, no hay ninguna desventaja en no llevar a cabo estos controles. El aplazamiento se produce a petición de los importadores, que temían no estar preparados para el inicio de los controles. Y no cambia gran cosa: es sólo una continuación del statu quo, con productos europeos que siguen ocupando las estanterías de los supermercados al mismo precio, o al menos sin sobreinflación.
Después, el principal inconveniente afecta a los productores, que se sienten en desventaja. El Reino Unido sigue importando productos europeos, que ven como competencia. Como Londres se niega a comprometerse a seguir cumpliendo las normas europeas, los productores británicos ya no pueden exportar realmente a la Unión Europea. Mientras no se apliquen estos controles fitosanitarios, consideran que se favorece a las importaciones europeas frente al mercado nacional.
Temores ante las elecciones generales
El Gobierno está preocupado por las consecuencias de los controles de cara a las elecciones generales del año que viene. Oficialmente, los controles deben aplicarse a partir de enero, pero un nuevo aplazamiento no sería ninguna sorpresa: ya es el quinto en dos años. Lo que plantea una pregunta: más de siete años después de la votación, tres años después de la salida oficial de la Unión Europea, ¿qué es el Brexit? De hecho, se ha convertido en una palabra casi tabú en el Reino Unido.
De vez en cuando, el Gobierno publica un proyecto de ley para "sustituir tal o cual ley europea", sobre todo en materia de medio ambiente, pero sigue siendo complicado obtener datos fiables sobre las consecuencias, sobre todo económicas, del Brexit. Sobre todo, porque ha llegado casi al mismo tiempo que la pandemia. Esta vaguedad complica la definición del Brexit en 2023.


